IIª Conferéncia Cuaresmal 2016

Es obra de misericordia espiritual aquella de “enseñar al que no sabe”.

El arte entra en el centro del año de la Misericordia, porque con ternura sabe enseñar a través del estupor, creando un lenguaje universal: la belleza.

En la Exhortación apostólica “La alegría del Evangelio”, Papa Francisco ha dado especial importancia en la transmisión de la fe cristiana a través de la belleza: “todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrarse con el Señor Jesús”.

El Papa Francisco ha llamado al padre jesuita Marko Rupnik, el gran artista de este siglo, para que preparara el logo del Año jubilar de la Misericordia. Padre Marko tuvo la genialidad de representar a Cristo que lleva el hombre en sus hombros y con el cual comparte un ojo: Cristo que se ensimisma en el destino humano.

Uno de los grandes apreciadores de la belleza fue Fiodor Dostoyevski. Nos legó esta famosa frase: “La belleza salvará al mundo”, escrita en su libro El idiota.

En la novela Los hermanos Karamazov profundiza la cuestión. Un ateo, Ippolit, pregunta al príncipe Mischkin: “¿cómo “salvaría la belleza al mundo?” El príncipe no dice nada pero va junto a un joven de 18 años que está agonizando. Y se queda allí, lleno de compasión y amor, hasta que muere. El bien, para ser verdadero, necesita manifestarse como Belleza.

Dice la tradición que San Juan, el discípulo amado por el Señor, siendo ya muy anciano, a la edad de 100 años no sabía decir otra cosa que “Amaos los unos a los otros”, y no se cansaba de repetir siempre lo mismo, tanto así que le decían que se calle, a lo que él respondía: “Es lo único que escuché decir al maestro”.

Es la belleza que suscita el amor y nos hacer ver en el otro un prójimo al que amar.

En las conferencias cuaresmales ha parecido importante acompañar en la descubierta que la belleza, más que signo de la habilidad y genialidad humana, es el signo de la misericordia de Dios que se ha acercado al hombre entregando la suprema belleza: Su Hijo.

El programa preveía que fuera el mismo padre Marko Rupnik quien nos acompañase en este camino, pero lo mismo deseó el Santo Padre para los ejercicios espirituales a la curia romana.

En el diseño bueno, proprio de las cosas del Señor, nunca nos no deja abandonados. El deseo de emprender el “camino de la Belleza”, la Via Pulchritudinis, no ha quedado defraudado. Tras un saludo video que padre Marko ha tenido la cortesia de preparar para disculpar su ausencia, ha intervenido el profesor Roberto Filippetti. Este no es solo un experto de arte. Su conferencia ha sido más bien una catequesis del asombro: ha resaltado el nexo inseparable entre verdad, bondad y belleza, para recuperar aquella capacidad de reconocer lo bello en un mundo que quiere acostumbrarnos a lo feo. Filipetti nos ha guiado en un arte que nos es subjetiva, «a mi me gusta a mi no me gusta», sino que nos hace ver las cosas en una forma estable, definitiva.

El prof. Filippetti definitivamente nos ha acompañado hacia la estima de la Belleza, con la B mayúscula en una basílica de la Concepción llena del todo y con presencia de jóvenes. Obra tras obra ha resultado más claro que en la Misericordia divina necesita el corazón del hombre en el cual hacer resplandecer la verdad y la bondad del Resucitado. Las conferencias han empezado con el canto de unas vísperas preciosas y tras estas la contemplación de un arte que ensancha el corazón, que hace exclamar» qué maravilla» (fa goig), que suscita el silencio, que hace señar con el signo de la Cruz, que hace arrodillar: una escalera que nos ha llevado al estadio superior a aquel donde normalmente miramos.

Citando Florenskij «la verdad revelada es el amor -Cristo- el amor realizado es la Belleza.»

CHIARA CURTI
II CONFERENCIA CUARESMAL 2016

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